7 de octubre de 2009

Cuerpo y Conciencia

Hace ahora algún tiempo estuve en una conferencia donde tres practicantes, uno musulmán, otro budista y otro taoísta exponían lo que para ellos implicada el cuerpo humano dentro su respectiva religión. La verdad es que no quedé muy contento con la explicación que dieron e hice un ejercicio mental propio para entender, por lo poco que sabía, lo que para estas religiones podía suponer el cuerpo en relación a su práctica. Dejé de lado la práctica musulmana, religión que desconozco completamente y me centré en las otras dos, sobre las que algo he leído e hice esta sencilla explicación que ahora transcribo.
" BUDISMO
Explicar en diez minutos la relación entre budismo y cuerpo es harto complicado, pero intentaré sintetizarlo lo máximo posible.
Partimos de la base de que para el Budismo no existe diferencia entre cuerpo y conciencia. La materia no es más que una mera ilusión creada por la mente, de esta manera el cuerpo humano no es más que parte de esa ilusión.
A través de la práctica de la meditación se pretende que cada ser humano pueda observar la realidad última, esto es: la no existencia de la materia y la unidad de todas las cosas. La célula más pequeña contiene el todo del universo, así materia es vacío y vacío es plenitud.

El Budismo no es más que un compendio de prácticas tendentes a que el hombre comprenda esa realidad última, por eso lo realmente importante es el seguimiento de esas prácticas.
Ahora bien, una vez que la persona ha logrado trascender esa realidad, es decir separar el ego de la conciencia, es cuando nos damos cuenta de que ésta ha creado el cuerpo y no al revés como defiende la ciencia materialista, entonces es cuando empieza la verdadera vida, y esta no es más que el eterno presente.
Llegamos a la conclusión de que pasado y futuro no existen, que también son mera ilusión, entonces es cuando podemos vivir plenamente en el presente. Así un practicante que haya podido vivir esta experiencia vive en el eterno presente. No existe preocupación por el futuro y por lo tanto tampoco por la muerte. De esta manera prestamos atención a cualquier cosa dándole la trascendencia que tiene, y el simple canto de un Ruiseñor o el simple hecho de limpiar el polvo del televisor, adquiere una importancia trascendental como algo irrepetible.
Ahí es cuando empezamos a dar importancia al cuerpo, puesto que éste es necesario para la observación de todo cuanto nos rodea. La conciencia lo ha creado con la finalidad de ser más autoconsciente.

TAOISMO
Comparto todo lo que ha expresado mi compañero en cuanto a la finalidad de la meditación, de hecho taoísmo y budismo zen son más que religiones, filosofías de vida tendentes a la misma finalidad. La diferencia fundamental está en el método para alcanzar esta autoconciencia, o separación de conciencia y ego.

La práctica taoísta se basa, a parte de la meditación, en dos formas de actuar: el primero es la observación detallada de la naturaleza. A través de ella podemos ver el comportamiento de otros seres vivos y recuperar esa unidad con la naturaleza que el ser humano ha perdido. Evidentemente eso es imposible en una sociedad urbana como la actual. A través de ese contacto deducimos, por ejemplo, que alimento es más sano para el cuerpo o que planta puede llegar a curar una determinada enfermedad.

El segundo principio sería el ejercicio físico como por ejemplo el Tai-chi. A través de la práctica de dicho ejercicio combinada con la buena alimentación podemos lograr mayor longevidad y mantenernos en un estado más juvenil. La finalidad de ello es la inmortalidad. Entendemos la inmortalidad como el logró de la trascendencia que nuestro compañero budista ha expresado con anterioridad. Pero para llegar a la misma quizá hacen falta un número muy elevado de años, pues no es nada fácil. Así alargando la vida aumentamos el plazo para lograrlo y poder salir de la rueda de reencarnaciones que nos encadenan al mundo material.

Por otro lado el Tai-chi como ejercicio físico, requiere una atención plena a cada movimiento. La lentitud de cada movimiento nos hace adquirir plena conciencia del ejercicio realizado y por tanto ya no se hace como un acto mecánico. Visto así y bien practicado, no es más que una forma más de meditar, como puede ser la meditación en postura de loto concentrándose en la respiración. La observación atenta de la naturaleza también es otra forma de meditación.

1 comentario:

  1. Bien, bien pero por favor no compares la trascendencia del canto de un ruiseñor con la de limpiar el polvo que me matas. Por lo demás, sigue ampliando nuestros conocimientos.

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